La investigación internacional en el cultivo de cereales
El trigo, el arroz y el maíz suponen un porcentaje muy importante de la ingesta calórica en todos los continentes y la investigación en estos cultivos necesita mantenerse muy activa para atender a las necesidades mundiales de alimentos.
Se necesitan cantidades crecientes de estos cereales para atender a la demanda y su disponibilidad constituye un asunto geoestratégico de gran importancia. Se han producido revueltas y protestas ligadas a la escasez de estos productos en países en vías de desarrollo, como por ejemplo cercano la reciente «primavera árabe» que tuvo motivaciones políticas y sociales, pero que coincide con un periodo de altos precios en los cereales que aumentó la indignación de la población con sus gobernantes.
Para atender las necesidades de una investigación coordinada a nivel internacional, en la segunda mitad del siglo XX se crearon sendos centros de investigación agrícola dedicados a la mejora del cultivo del arroz (IRRI) con sede en Filipinas, y del maíz y el trigo (CIMMYT) en Méjico, que en la actualidad forman parte del Grupo Consultor de Investigación en Agricultura Internacional (CGIAR) financiados por un gran número de estados, e instituciones públicas y privadas de todo el mundo. El objetivo es dotar a los países menos favorecidos económicamente de líneas avanzadas y tecnología para producir de forma eficiente estos cereales como forma de facilitar su desarrollo y contribuir a una mayor estabilidad social y económica.
Estos dos institutos internacionales han tenido un gran impacto en la agricultura mundial y la investigación en cereales se ha globalizado de forma diferente en dos grandes grupos de países. Por una parte, los países menos industrializados, donde la agricultura sigue siendo un importante asunto de estado y en los que los institutos públicos y las escasas empresas privadas que invierten en investigación de cereales centran sus esfuerzos en torno a los centros del CGIAR donde encuentran apoyo para la formación de sus investigadores, la adquisición de conocimientos y el desarrollo de nuevos productos y técnicas de cultivo. Del otro lado los estados con mayor desarrollo económico donde la producción de cereales sigue siendo una actividad económica importante ya sea por su elevada población o por ser grandes exportadores de los mismos (Estados Unidos, Francia, Canadá, etc.). En los países industrializados la investigación en cereales suele estar dividida entre los aspectos más básicos y centrados en el medio y largo plazo que corren a cargo de las Universidades e institutos públicos y los aspectos más aplicados que cada vez están más en manos de los departamentos de I+D+i de las empresas privadas.
En España de los tres principales cereales el más importante por superficie y producción es el trigo que se cultiva principalmente en secano, seguido del maíz y del arroz que se cultivan en regadío. Y por encima de los tres está la cebada de la que se cultivan casi 3.000.000 has y se destina en más de un 80 % a la alimentación animal y el resto a la producción de malta para la industria cervecera. Aunque somos un país industrializado, y nuestra agricultura de regadío es puntera en la generación de I+D y el uso de insumos tecnológicamente avanzados, en los secanos debemos seguir investigando en variedades adaptadas a las diferentes zonas climáticas de nuestro país. En estas condiciones las líneas avanzadas generadas por el CIMMYT son muy competitivas.
Ignacio Solís
Director de Agrovegetal, S.A.
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