CEREALES Y PROTEAGINOSASGENERAL

Hablamos de cereales (Parte II)

La semana pasada empezamos esta serie de post hablando de cereales, gracias a los contenidos facilitados por mis compañeros Javier Álvarez y Luis Fuentes del departamento técnico.

Aquí puedes encontrar la primera parte: https://anoveblog.es/hablamos-de-cereal-parte-i/(abre en una nueva pestaña)

Y sin más, vamos a seguir con el tema que dejamos hablando del cereal y su mejora según los datos de varios informes elaborados por el Institut Cerdá

Dicho informe refleja también la trascendencia de continuar con la labor de investigación y desarrollo de nuevas variedades de trigo con objeto de afrontar los retos derivados del crecimiento de la población (tabla 2)

Fuente, Instituto Cerdá.

Conviene decir que la semilla viene a suponer aproximadamente el 10-15% de los costes de explotación por hectárea, y la mejora genética (el royalty) supone de media un 6 % de esos costes, es decir, el 0,9% de los costes por hectárea, reduciéndose al 0,45 % en caso de reemplear granos para siembra en la propia explotación, siendo por tanto la mejora genética el input más económico y el que mayor impacto tiene en los rendimientos finales.

La semilla certificada es el principal eje vertebrador de la transferencia de tecnología al agricultor, siendo el agricultor plenamente consciente de las grandes ventajas que aporta frente a otros materiales de siembra, ya que la mejor opción para una máxima nascencia de su cultivo y un óptimo desarrollo inicial es la siembra de semilla certificada. De esta forma, el agricultor se asegura obtener la máxima cosecha de su explotación, y un cultivo que se desarrolle sano y fuerte, capaz de aguantar de la mejor forma cualquier condición climática adversa que pueda producirse durante la formación del grano. Es por ello que cada vez más agricultores optan por sembrar semilla certificada, habiéndose duplicado el porcentaje de uso de semilla certificada de cereal de invierno en España desde el año 2010, pasando de un 20 % hace diez años a un 41 % en la campaña 2022/23.

Son cada vez más los agricultores que siembran semilla certificada porque es una garantía en relación a su origen, trazabilidad, homogeneidad, pureza específica, pureza varietal, germinación, ausencia de otras semillas no deseadas en la siembra, sanidad, máximo contenido de humedad, sostenibilidad de los programas de I+D, …

La semilla certificada supone una serie de ventajas económicas y agronómicas importantes para los agricultores. El uso de menores dosis de siembra gracias a la garantía de una mínima germinación, el menor tiempo en la preparación de la semilla y, principalmente, un aumento del rendimiento, ya que se asegura una buena implantación del cultivo y la reducción de malas hierbas. Además, conviene remarcar que la semilla certificada es la única que tiene garantizada su calidad por medio de los controles oficiales que llevan a cabo las autoridades competentes, permitiendo así asegurar su trazabilidad y pureza varietal.

 Por el contrario, la adquisición por el agricultor de materiales para la siembra que no están sometidas a ningún control de calidad y sanidad, representa una amenaza y un fraude para los agricultores, ya que éstos no garantizan ni la calidad ni la sanidad de la semilla, comprometiendo la sostenibilidad de la producción cerealista. Además, perjudica a todo el sector al frenar el avance de los programas de mejora para la obtención de nuevas variedades más productivas, más resistentes y adaptadas a las condiciones de cultivo de las diferentes regiones.

Como consecuencia, se hace necesario el cumplimiento de la legislación vigente por todos los agentes del sector, evitando que llegue al agricultor material para la siembra que no reúna las condiciones óptimas y que ponga en riesgo la inversión en el desarrollo de nuevas variedades y la producción profesional de semillas certificadas.

Como se puede ver en el gráfico 2 que la semilla certificada viene manteniendo una tendencia alcista desde la campaña 2010/11, cuando el % de uso era del 20%, alcanzando como decíamos un porcentaje de uso del 41 % en el 2022/23, estando la última campaña con un dato provisional del 39%.

Fuente Anove

Además de la tendencia positiva del % de uso de la semilla certificada, también se viene aumentando año tras año la declaración por parte del agricultor del volumen de grano de reempleo, producido en sus propias explotaciones, y que utiliza en para la siembra de una nueva campaña. A la espera de los datos definitivos de la campaña 2023/24, en la gráfica 3 vemos cómo se ha logrado incrementar el porcentaje de material para la siembra cuyo origen es trazable.

Fuente Anove

Los datos ofrecidos muestran la madurez de este sector, y la conciencia de cada vez más agricultores en la necesaria investigación, que redunda en la obtención de nuevas variedades que faciliten el incremento de los rendimientos productivos y económicos agrarios.

CONTINUARÁ LA PRÓXIMA SEMANA….

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