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Hablamos del girasol en nuestro país

Hoy vamos a hablar del cultivo del girasol, para retomar el blog tras el parón veraniego.

Toda esta interesante información la tenemos gracias a la Asociación de Mejoradores de Girasol @aegirasol

El cultivo del girasol en España comienza en los años 70 y rápidamente se consolida como una importante especie oleaginosa en la agricultura española, siendo fundamental para la producción de aceite y piensos. Es una planta de gran plasticidad que presenta una amplia capacidad para adaptarse a condiciones ambientales cambiantes como las actuales, pudiendo desarrollarse en condiciones de secano o de regadío, permite cortar el ciclo de plagas y otras enfermedades del cereal y, además, su sistema radicular puede llegar a zonas no exploradas por otros cultivos, por lo que es perfecto como cultivo de rotación. Desde sus inicios en la agricultura española, el girasol comenzó a ser de interés tanto para el sector privado dedicado a la producción de semilla como para grupos de investigación del sector público, dedicados a la mejora genética. En la actualidad, el girasol se ha convertido en un cultivo fundamental en las rotaciones con cereal en España y su superficie se ha estabilizado en torno a las 800.000 hectáreas cultivadas cada año, sin embargo, esta producción no cubre la demanda de consumo interno de aceite de girasol, por lo que se depende de las importaciones.

De forma paralela a la instauración de este cultivo en España, se comenzó a crear un grupo de investigadores y técnicos del sector público y privado que se reunían a discutir e intercambiar ideas sobre el cultivo y mejoramiento genético del girasol, así nació la Asociación Española del Girasol (AEG). Esta asociación ha llevado a cabo importantes proyectos de investigación conjunta que han contribuido tanto a la adaptación del cultivo a nuestro medio agrícola y la lucha contra patógenos. Desde esta Asociación, nos explican el importante rol que tiene este cultivo en su aporte a la sostenibilidad de la actividad agrícola:

  1. El girasol junto a las leguminosas son los únicos cultivos que aportan nitrógeno a la capa superficial de los suelos. La raíz pivotante del girasol recupera los nutrientes (nitrógeno, fósforo y potasio) de las capas profundas del suelo aportándolos en la capa superficial.
  2. El girasol es un cultivo de muy bajo nivel de insumos gracias a que se nutre de la fertilización aplicada al cultivo anterior que se ha perdido por lixiviación. Gracias a su sistema radicular profundo, tanto el agua como los nutrientes se captan desde niveles más profundos del suelo donde otros cultivos no pueden alcanzarlos. Esta recuperación de nutrientes de capas profundas evita la contaminación de aguas subterráneas y superficiales.
  3. Gracias a los programas de investigación tanto públicos como privados, los híbridos de girasol que se cultivan en España son muy resistentes a las plagas y enfermedades, no requerimiento muchas veces, ningún tipo de tratamiento fitosanitario.
  4. Debido a que muchas veces no es necesario aportar fertilizantes y productos fitosanitarios y la gran cantidad de biomasa que es capaz de generar, especialmente en su raíz, este cultivo es de muy bajo nivel de emisiones de gases de efecto invernadero, presentando una menor huella de carbono comparado con el resto de los cultivos que participan en la rotación de secano (cereales y leguminosas).
  5. Su introducción permitió terminar con el monocultivo de cereales en grandes áreas de secano y rentabilizar los barbechos, gracias a su baja demanda de insumos y fácil comercialización.
  6. Aunque el principal producto del cultivo es un aceite de gran calidad nutricional, las semillas de girasol contienen entre un 16-19% de proteínas vegetales de alto valor nutricional, un producto del que Europa y España en particular, son altamente deficitarias. Los subproductos de la extracción se aprovechan en alimentación animal y otros usos, fomentando la economía circular.
  7. El girasol es el único cultivo que se mantiene durante el verano en los secanos, aportando servicios ecosistémicos de gran valor, como su aporte a la alimentación de las poblaciones de polinizadores y su protección a la avifauna en migración.
  8. Un aspecto no menos importante, es la contribución del girasol a la riqueza paisajística. Cada vez toma más relevancia el factor paisaje en el turismo de interior, donde el girasol claramente se roba las miradas.

Actualmente nos encontramos en un escenario global con riesgo de desabastecimiento y alzas de precios de los alimentos, entre ellos el aceite de girasol, un producto básico en los hogares españoles, por lo que es de suma importancia fomentar el cultivo de girasol en España.

Lamentablemente la actual Política Agraria Comunitaria (PAC) discrimina al girasol frente a otros cultivos como las leguminosas. Aunque ambos cultivos han sido declarados cultivos mejorantes en la actual PAC, ha desaparecido la ayuda específica al cultivo de girasol, ayuda que se mantiene en el caso de las leguminosas. Al mismo tiempo, el apoyo de las administraciones públicas a este cultivo, sobre todo en investigación, ha disminuido constantemente en los últimos treinta años. Además, se observa una baja en los precios de compra al agricultor mientras el resto de los gastos de producción continúan al alza.

Debido a esto, la Asociación del Girasol hace un importante llamado a la defensa de este cultivo en el marco de la PAC, así como a un aumento en la inversión en investigación e innovación para así garantizar la sostenibilidad de la agricultura española de secano sobre todo en las condiciones de cambio climático en que nos encontramos.

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