Un sector unido que trabaja para hacer frente a los retos que se plantean en el cultivo de cereal en nuestro país.

Un año más, y ya son diez, la alianza formada por ASAJA, Cooperativas Agro-alimentarias de España, UPA y Anove, bajo el nombre Grano Sostenible, ha reunido a cerca de 150 asistentes que representan al 65% del sector productor de semillas. Se han unido a esta jornada representantes de comunidades autónomas y del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), con el objetivo de seguir aunando esfuerzos para dar impulso a la Semilla Certificada.
Inauguró la jornada Javier de Sebastián, presidente de Anove, destacando que todos los asistentes coinciden en que la Semilla Certificada es la mejor opción para conseguir la mejor cosecha, aportando valor añadido a toda la cadena, y también consiguiendo el crecimiento de la producción de semilla y cuidando siempre la sostenibilidad del cultivo y de nuestro planeta.
Tras un repaso de los actuales datos de consumo de semilla certificada, su evolución y los datos, tanto por especie como en las distintas comunidades, se constata que, cuanto mejores son las nuevas variedades, se consigue no sólo aumentar la producción sino aumentar también el porcentaje de su utilización.
La estimación, para la campaña 24/25, de consumo de semilla certificada apunta a casi el 44%, habiéndose duplicado en los últimos 10-12 años, y sugiere un crecimiento de más del 14% respecto a la campaña anterior. Con esta dinámica, se ha producido una aceleración de la innovación varietal lo que demuestra el hecho de que la vida comercial de las variedades ha pasado de más de 20 años a 10, de media, para las principales especies.
Durante la mesa redonda, donde se quería reflexionar sobre los retos que afronta el sector para acelerar el uso de semilla certificada, José Antonio Sobrino, subdirector General de Medios de Producción y OEVV del MAPA, afirmó que desde el Ministerio apoyan firmemente el uso de semilla certificada como la mejor opción para el productor. Realizan grandes esfuerzos para controlar que la semilla que llega al mercado sea de la más alta calidad y además, luchan en Europa para conseguir que todas las tecnologías disponibles, como la edición genética (NGTs) se puedan utilizar en la mejora y así conseguir respuestas más rápidas y eficaces. Expuso las líneas principales de la propuesta legislativa de la UE para regular la producción y el comercio del material vegetal de reproducción (PRM), lo que supondrá un reto para todos los eslabones de la cadena implicados.

Por su parte, Juan Tomás Alonso, jefe de Sección del Servicio de Agricultura de Castilla-La Mancha insistió en la necesidad de mejorar el atractivo del cultivo de cereal, mejorando la rentabilidad por los incrementos de rendimiento, y expuso el papel que se realiza desde la comunidad de Castilla La Mancha en materia de control. José Vicente Alcántara, jefe del Área de Legumbres y Semillas de Bernabé Campal, pone voz a los multiplicadores explicando que están experimentando cómo se van mejorando las variedades cada año, y anima a no bajar la intensidad de la innovación varietal, ya que es un factor esencial al estar al inicio de la cadena.
Para cerrar esta mesa, Valentín López presidente de la Sección de Cereales y Proteaginosas de Anove, afirmó que los obtentores creen firmemente en la viabilidad del sector, y por ello no dejan de desarrollar programas de investigación para poner en el mercado nuevas variedades de semillas de cereal que aporten soluciones al productor de semilla, pero también al agricultor y al consumidor. “Somos un sector completamente tecnológico y trabajamos con desarrollos que estarán en el mercado a medio plazo, por eso son importantes estos eventos para recoger las necesidades del sector y ponerlas en prácticas en las investigaciones que desarrollamos.”
Como conclusión, se remarcó que es fundamental trabajar unidos, reunirse y colaborar, por y para el sector de la semilla certificada de cereal. Hay que seguir esforzándose para destacar el valor específico del sector en nuestro país.
Es fundamental, remarcar la importancia de la mejora vegetal para conseguir producir alimentos en un marco donde nos encontramos con numerosos retos: cambios bruscos del mercado, efectos climáticos adversos, y la reticencia, de algunos colectivos, al uso de las nuevas técnicas de edición genética que serían una gran solución para recortar tiempos de respuesta a las necesidades de toda la cadena.
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