¿Por qué celebrar el Día de la Alimentación?
Como cada año desde 1979, el 16 de octubre se celebra el Día de la Alimentación con el objetivo de concienciar a los pueblos del mundo sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza.
La alimentación es imprescindible para la supervivencia humana pero alrededor de 800 millones de personas no disponen de los alimentos suficientes para subsistir mientras que, en la otra parte del mundo, más de 1.900 millones de adultos padecen sobrepeso.
No solo es importante poner a disposición de la población alimentos suficientes, también lo es que estos sean nutritivos y seguros.
Gracias a la mejora vegetal es posible potenciar las cualidades nutricionales de los alimentos y sus efectos en la salud humana, ayudando a combatir la obesidad, alergias, colesterol, diabetes y otras enfermedades crónicas.
Por ejemplo, en los últimos años, se han desarrollado variedades de cebada con beta-glucano que reduce el colesterol y la respuesta glucémica, arroz dorado en Asia con incremento de vitamina C para reducir la ceguera, variedades de alimentos aptos para personas con intolerancia al gluten o celíacas, etc.
Los datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y de la OMS (Organización Mundial de la Salud) vaticinan un crecimiento de la población en 2050 que pasará de 7.000 a 9.000 millones de habitantes, con lo que se estima que será necesario un incremento en la producción de alimentos del 70%, y es aquí donde la mejora vegetal juega un papel imprescindible.
De la obtención vegetal depende toda la cadena alimentaria y tiene una gran trascendencia para el desarrollo agrario, ya que permite la sostenibilidad económica, social y medioambiental:
– Reduce el CO2: La mejora genética contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. En los últimos 15 años se ha evitado en Europa la emisión de cerca de 3,4 billones de toneladas de CO2.
– Biodiversidad: La mejora vegetal consigue nuevas variedades, incluso desarrolla nuevas especies, a través de cruces. En ese sentido, los obtentores vegetales ponen en el mercado a disposición de los agricultores cientos de variedades nuevas cada año, por lo que no es cierto que dañen la biodiversidad, sino todo lo contrario. Gracias a la mejora genética vegetal, Europa ha podido prevenir la pérdida de biodiversidad, preservando más de 65.000 km2 de hábitats que de otro modo se habrían transformado en campos de cultivo. Eso supone haber preservado una superficie equivalente a 6 veces la Región de Murcia.
– Ahorro de agua. Gracias a las investigaciones del sector obtentor y a la aplicación de las innovaciones tecnológicas, se puede emplear menos agua en los cultivos y, al mismo tiempo, aumentar la productividad de estos. Durante los últimos 30 años, el valor de las cosechas obtenidas por metro cúbico de agua utilizada ha aumentado en un 19% en los cultivos de trigo, el 63% en tomate, 75% en naranjo y hasta un 215% en el caso del olivar, etc.
– Ahorro de energía. También en el consumo de energía que se emplea en los cultivos se han producido importantes ahorros durante las últimas tres décadas, al mismo tiempo que se aumentaba la productividad. Así, por ejemplo, la producción de trigo por megajulio de energía consumida ha subido un 57%, un 50% en el caso del maíz, el 70% en el olivar y el 35% en el cultivo del tomate.
– Ahorro de suelo. En cuanto al aumento de la producción de alimentos con respecto al suelo perdido, también los indicadores de la actividad investigadora de los obtentores vegetales son favorables. Con la misma pérdida de suelo se produce más cantidad de alimento que hace tres décadas: un 60% en el cultivo de trigo, 225% en olivar y un 75% en el tomate.
Dar importancia al Día Mundial de la Alimentación contribuye a formar conciencia de todos los retos que tenemos por delante y que solo podremos resolver con conciencia y solidaridad hasta conseguir el «hambre cero«.