La patata: obtención vegetal en Europa
La patata es el cuarto cultivo alimenticio más importante del mundo, por detrás del maíz, el arroz y el trigo. Cultivadas en todo el mundo, presentan una producción global de 300 millones de toneladas de tubérculos frescos en aproximadamente 20 millones de hectáreas de cultivo. En España, su cultivo ocupa una superficie de 75.774 hectáreas con una producción de 2.467.596 toneladas (MAGRAMA, 2014).
Asía y Europa son las principales productoras, lo que representa más del 80% de la producción mundial. La producción española presenta en torno al 4,2% de la producción comunitaria. La exportación de patatas (semilla) y productos derivados de la Unión Europea a otras partes del mundo juegan un papel importante, al contrario de la situación existente en muchos otros cultivos agrícolas. La exportación española en el año 2014 ascendió a 237.680 toneladas, con un valor de 64,5 millones de euros.
Los obtentores vegetales que deseen obtener una nueva variedad de este tubérculo deberán realizar una recombinación genética mediante el cruce sexual (biparental) que produce la semilla de patata. Por las características de la flor, los obtentores vegetales no podrán realizar todas las combinaciones deseables. Se trata de un cultivo tetraploide que se propaga por los tubérculos. A causa de esta estructura, de los datos significativos de hibridaciones inter específicas y de la alta estructura de heterocigotos, cada progenie tiene una única estructura genética que se fija en posteriores generaciones de semilla de tubérculos utilizados para la selección. Los genes recesivos son muy difíciles de usar.
Debido a la tasa de multiplicación baja, la fisiología de la semilla, los numerosos agentes patógenos, el peso de la semilla y las barreras de cuarentena, las evaluaciones de las características y la introducción de nuevas variedades en el mercado son más difíciles y lentas que con los cultivos de granos diploides (como el maíz y el trigo). Además, los ciclos de recombinación sexual son bastante largos, lo que da lugar a una baja velocidad para la introgresión de los genes deseables. Como compensación, la vida útil de un cultivar con éxito también es mucho más larga y la diversidad genética está bien conservada y ampliada.
Además de su uso tradicional como patatas de consumo y para almidón, se han desarrollado nuevos nichos de mercado en la última década como son los usos orgánicos, panadería, comida rápida, patatas fritas, pre envasado, pres cocidos y ensaladas. Debido al aumento de la segmentación en el mercado, la complejidad y la inversión en el fito mejoramiento de la patata, se ha triplicado la productividad en los últimos 30 años y ha mejorado resultados en la industria del procesamiento. Hace 15 años, por cada kg de patata se conseguían 450 gramos de patatas fritas. Ahora, gracias a los trabajos realizados por los obtentores vegetales se ha logrado mejorar esa tasa a 550 gr/kg. También se han conseguido mejoras para los productores de patatas, logrando variedades resistentes a los nematodos, factor limitante para su producción. Por último, se ha aumentado la biodiversidad, consiguiendo más de 1500 variedades diferentes, número que aumenta cada año.
El 83% de los programas de mejora vegetal existentes en el mundo corresponde a la Unión Europea, donde se realiza principalmente en empresas privadas, la mayoría pertenecientes a la categoría de microempresas. Las condiciones climáticas moderadas de la parte noroccidental de Europa son especialmente adecuadas para la producción de semillas de buena calidad. Además, las posibilidades de protección de nuevas variedades de patata por los derechos de obtención (tanto a nivel nacional como europeo) han impulsado enormemente el establecimiento y desarrollo.
Si quieres saber más sobre este cultivo: http://web.anove.es/media/Factsheet-Potatoes.pdf
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