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Hablamos de Triticale – parte I

El Triticale en España. Nuevas variedades para la producción de grano y ensilados para la alimentación animal.

El triticale es la especie de cereal de invierno con mayor crecimiento en superficie cultivada en España en la actualidad, habiéndose sextuplicado sus producciones en lo que llevamos de siglo XXI. En los últimos años del siglo XX el área de cultivo estaba por debajo de las 40.000 ha anuales mientras que en la actualidad se han superado las 280.000 ha y las producciones han pasado de las 100.000 t/año a más de 600.000 t/año. (MAPA 2022)

A nivel europeo y mundial, España ocupa el quinto lugar por detrás de Polonia (el principal producto con 4.500.000 t en 2020), Alemania, Francia y Bielorusia. (F.A.O. 2021) y sus granos y forrajes se van incluyendo tanto en las formulaciones de numerosos piensos y concentrados para la avicultura y la porcicultura, como en los ensilados destinados al vacuno de leche.

En España se cultivan aproximadamente un 50% de variedades de ciclo corto con genética procedente del CIMMYT (programa de mejora liderado por el Dr. Karim Ammar) y un 50% de variedades de ciclo largo, con parada invernal, procedentes de los programas de mejora de las empresas francesas y europeas.

La obtención de una nueva variedad de triticale es un largo proceso que empieza con un cruzamiento de mejora entre dos variedades con características complementarias y necesita de al menos 8 a 10 ciclos de autofecundación y selección para identificar un nuevo genotipo superior a los anteriores, ya sea en productividad, calidad o resistencia a enfermedades. En el caso de las variedades de ciclo corto se pueden sembrar dos ciclos al año tal como realiza el CIMMYT en Méjico con siembra otoñal en Ciudad Obregón (Sonora) y siembra de verano en Toluca (México), reduciendo el tiempo de selección a la mitad. En las variedades de ciclo largo, con parada invernal, tan solo es posible un ciclo de cultivo al año por lo que la obtención es más lenta. 

El triticale es una especie creada a finales del siglo XIX por investigadores europeos a partir de cruzamientos entre especies de trigo y centeno (Wilson, Carmen, Rimpau, etc.), pero debido a la baja fertilidad de la espiga no se consiguieron variedades comerciales hasta la segunda mitad del siglo XX. Las variedades modernas proceden de cruzamientos con trigo duro y el español D. Enrique Sánchez-Monge fue uno de los pioneros, consiguiendo su primera variedad comercial “Cachirulo” en 1969 como fruto de un programa de mejora iniciado en 1947.

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