Hablamos de cereal (Parte III)
Las dos últimas semanas estamos hablando de cereales, gracias a los contenidos facilitados por mis compañeros Javier Álvarez y Luis Fuentes del departamento técnico.
Aquí puedes encontrar la primera parte: https://anoveblog.es/hablamos-de-cereal-parte-i/ y aquí la segunda:
Nos quedamos hablando de la importancia y el valor de la semilla certificada, así que vamos a seguir con ello:
Es el uso de la semilla certificada el principal camino para sostener el coste de los programas de mejora de variedades vegetales de cereales en España. Con este incremento en el uso de semilla certificada, se potencia el desarrollo de nuevas variedades adaptadas a los condicionantes climáticos que se están sucediendo como consecuencia del cambio climático.
Una muestra de la importancia que tiene el incremento del uso de semilla certificada por parte del agricultor, que trae como resultado un impulso en el desarrollo de nuevas variedades, se puede visualizar al comparar la evolución del porcentaje de utilización de semilla certificada, con el que ha experimentado la edad media (años) del catálogo varietal español de las dos especies de cereal más cultivadas en España, trigo y cebada, teniendo en cuenta las 20 variedades más sembradas de estas dos especies (Gráficas 4 y 5) Esta tendencia es similar a especies muy cultivadas como la avena, trigo duro, triticale o guisante.
Se puede apreciar cómo a medida que incrementa el uso de SC, se reduce la edad media (años) del catálogo varietal. Es evidente como el incremento del consumo de SC redunda en una mayor inversión en los programas de investigación y desarrollo de nuevas variedades y, por consiguiente, en la aparición de nuevas variedades que aportarán mayores incrementos de los rendimientos económicos de las explotaciones agrarias.
En el caso del trigo blando, hemos pasado de una tasa de utilización de semilla certificada del 19 % en la campaña 2010/11 al 36% en la 2022/23, lo que ha provocado que la edad media del catálogo de trigo blando se haya reducido de 14 a 7 años (un 50%). Lo mismo se puede observar para el caso de la cebada, donde pasamos del 14% de uso de SC en la campaña 2010/11 al 38% en la 2022/23, motivando que la edad media del catálogo varietal se haya reducido en un 50% al pasar de 16 a 8 años.
Nuevamente se puede afirmar, que el incremento del consumo de semilla certificada y el reempleo legal de granos para siembra, redunda en una mayor inversión en los programas de investigación y desarrollo de nuevas variedades y, por consiguiente, en la aparición de nuevas y mejores variedades que aportarán mayores beneficios a la rentabilidad de las explotaciones agrarias.
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