La patata una oportunidad
Por estos motivos y otros vemos que tenemos una oportunidad para levantar esas estadísticas de continua caída en la superficie de siembra, aunque existen nubes en el horizonte, a destacar;
- Las plagas de cuarentena que tanto pueden afectar a nuestro cultivo, es increíble que siendo España un país con un marcado carácter agrícola tenga la sanidad vegetal tan dispersa. La Sanidad Vegetal es una cuestión de estado que afecta al país en su conjunto por lo que sus competencias nunca debieran haber sido transferidas a las distintas comunidades. Para atacar una plaga es necesario contar con un solo criterio y que todas las comunidades actúen como una. Si la plaga no entiende de barreras autonómicas, nosotros tampoco deberíamos variar nuestros criterios de actuación en base a estas.
- La reducción paulatina en el uso de herbicidas e insecticidas claramente perjudica a la agricultura de los países mediterráneos frente a los países del norte de Europa. Debieran ser estos países, liderados por España los que tuvieran un peso específico mayor en estas decisiones. Frenar una plaga o mala hierba es más difícil en nuestro clima que en el norte de Europa. Estamos limitando tanto el uso de fitosanitarios que podemos llegar a paralizar la siembra de muchos cultivos entre ellos la patata. Por otro lado vemos como países terceros pueden introducir sus producciones habiendo sido tratadas estas con productos no admitidos en la UE. Esta doble vara de medir debiera ser corregida.
- La entrada de productos de países terceros entre ellos la patata afecta claramente a las producciones tempranas. Hemos visto ya varias campañas en las que la masiva entrada de patata de Israel arruina nuestras exportaciones al resto de Europa.
Por tanto, nuestro sector, aunque con unas perspectivas muy positivas a medio plazo necesita seguir aunando esfuerzos con el objetivo de defender la producción y consumo de patatas de España.
Javier Boceta
Meijer Ibérica
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