¿Qué y cómo van a comer nuestros hijos?
El futuro es algo impredecible. Mucha gente no sabe ni siquiera lo que va a comer mañana, y nosotros estamos aquí intentando visualizar lo que comerán nuestros hijos dentro de unas décadas.
Sin embargo, sí que se pueden ver tendencias, actitudes y características que definen a ese consumidor del futuro: los millenials y la generación Z. Por tanto, si queremos saber que comerán nuestros hijos, y así adaptarnos a sus exigencias debemos analizar a estos consumidores del futuro.
Sociedad de nichos con exigencias particulares
En un mundo globalizado e hiperconectado donde las empresas se han volcado a acaparar el mayor volumen de consumidores posibles, se ha perdido la identidad. Como consecuencia de esto, cada vez más, aparecen consumidores nicho, que buscan un producto único y adaptado para satisfacer sus necesidades. Solo las suyas y no las de otro grupo social.
Esto da multitud de oportunidades a las empresas obtentoras de nuevas variedades vegetales.
Estas empresas podrían centrarse en un consumidor en particular, utilizar herramientas como la nutrigenética y nutrigenómica para analizar su ADN y las necesidades que demanda en cuanto a alimentación. O simplemente analizar los productos que demanda, para así orientar la mejora vegetal hacia esas necesidades exigidas por el consumidor nicho.
Lo natural y saludable en auge, ahora y en el futuro
Las nuevas generaciones, bombardeadas por influencers en RR.SS. y personajes famosos que promueven un tipo de vida natural y saludable, y que siguen la filosofía de vida de “culto al cuerpo”, harán que los nuevos consumidores elijan una alimentación acorde a esa máxima.
Por esto, lo natural y saludable será una tendencia en auge para millenials y la generación Z.
Gracias a esto, el sector agrícola tiene una gran oportunidad para satisfacer esa necesidad. Por qué… ¿Si un tomate no es natural que lo sería?
Además, las empresas obtentoras de material vegetal pueden focalizar sus esfuerzos en obtener nuevas variedades vegetales con nuevas características, que conviertan a los vegetales y frutas que consumimos hoy en día en los llamados “superalimentos” y apostar por los alimentos funcionales, tan demandados últimamente. Y que seguirán una tendencia creciente en las nuevas generaciones.
La sociedad hiperconectada y la demanda de información
Si antes lo niños venían con un pan bajo el brazo, ahora vienen con una Tablet. O si no pensad ¿Cuántos años ha tardado la sociedad actual a adaptarse a las nuevas tecnologías de comunicación (RR.SS., internet,etc.) y los smartphones? ¿Y cuánto tarda en adaptarse un niño de 4 años hoy en día a utilizar un smartphone?
Mi primo con 3 años, sabe perfectamente manejar una Tablet para ponerse un juego, cuando yo a su edad no tenía acceso diario a internet.
Las nuevas generaciones son digitales. Aprenden e las escuelas con soportes informáticos, juegan con tablets, y a una temprana edad comienzan a utilizar las redes sociales para comunicarse e informarse.
Esto nos da oportunidades que pueden convertirse en ventajas competitivas si se gestionan correctamente.
Por un lado podemos establecer canales de información directa con el consumidor final, darle a conocer de forma personalizada las nuevas variedades que se están desarrollando y oír sus peticiones, demandas y exigencias en relación al producto que quieren (sociedad nicho).
Por otro lado, y gracias a nuevas tecnologías de análisis de datos masivos como el Big Data, podemos recoger cantidades enormes de datos de estos nuevos consumidores, analizarlos y predecir las tendencias de consumo a medio plazo.
Además, el análisis de datos masivos permite ajustar la cosecha de los agricultores a las demandas del consumidor, tanto en cantidad como en variedades a cultivar, y con ello ajustar la producción reduciendo el desperdicio alimentario.
Un estilo de vida fugaz
Últimamente vemos, incluso en las generaciones actuales, un ritmo de vida frenético, sin tiempo para meterse en la cocina a preparar una alimentación saludable. Este hecho se potencia en las nuevas generaciones de consumidores, ya que piensan ¿por qué pasar tiempo en una tarea que no me gusta cuando puedo acudir a una APP donde pedir mi comida, o ir a supermercado a comprar productos listos para consumir?
Por esto, los productos de fácil preparación, “on the go” y “Abrir y listo”, serán una tendencia en auge durante los próximos años.
Los obtentores vegetales deberán cubrir esta demanda, con variedades vegetales que tengan una post-cosecha larga, que se mantengan sanos más días sin necesidad de aditivos externos (tendencia natural) y sobre todo productos de fácil, o nula, preparación. Un segmento que habrá que potenciar son las frutas y hortalizas snack.
Productos sostenibles y adaptados a las nuevas condiciones climáticas
Otra característica de los millenials y generación Z es/será su profunda sensibilidad medioambiental. Así, demandarán cada vez más productos sostenibles, provenientes de una agricultura respetuosa con el medio ambiente.
Una demanda que habrá que satisfacer con el desarrollo de nuevas variedades vegetales que consuman menos agua, menos fertilizantes y menos fitosanitarios. Es decir, la mejora vegetal también se deberá orientar hacia el desarrollo de variedades que, por ejemplo, se autofertilicen, cómo el trigo desarrollado en el CBGP-INIA.
Además, hay que ser conscientes que el consumo de frutas y hortalizas es estacional y muy influenciable por el clima. Últimamente hemos visto el caso de la caída de consumo de melocotones en su época normal del año, debido a una variación brusca de las condiciones meteorológicas echándose a perder cosechas.
Adaptarse a las nuevas condiciones climáticas y anticiparse a los posibles cambios del futuro será clave para desarrollar variedades vegetales con éxito. Es necesario la investigación de cultivos que se adapten a la sequía. Incluso variedades que puedan aumentar su ciclo productivo fuera de su época par así cubrir las demandas de los consumidores. Demandas, que como hemos dicho, son variables debido a las nuevas condiciones climáticas.
Apoyo al producto local y de km.0
Otra tendencia que está despuntando en los últimos años es el apoyo a la agricultura local, los productos locales y el auge de los alimentos de km.0.
Se está viendo como numerosas empresas obtentoras de vegetales están invirtiendo recursos en la recuperación de variedades hortofrutícolas tradicionales y autóctonas. Esto nos da dos ventajas: dar respuesta a una tendencia que cada vez irá a más y aprovechar la rusticidad de esas variedades para adaptarnos a las nuevas condiciones climáticas.
Las empresas de semillas, deberán demostrar su apoyo a los agricultores pequeños y locales, si quieren ganarse la confianza de los nuevos consumidores.
Por otro lado, estamos viendo un crecimiento de las llamadas “factorías vegetales” con nuevos actores como Panasonic, Fujitsu, Amazon e incluso Mercadona. El caso de las primeras empresas, puramente tecnológicas, han creado fábricas de producción de lechugas en fábricas abandonadas, con producciones increíbles (30.000 lechugas al día), con baja mano de obra y en asepsia total.
Por tanto, se abre una nueva posibilidad en la creación de nuevas variedades vegetales orientadas a abastecer a estas Granjas Verticales.
Nuevas herramientas de edición genómica: CRISPR
No quisiera terminar mi intervención sin mencionar una nueva herramienta para la edición genética que me ha fascinado desde el primer momento que leí sobre ella. El CRISPR.
Esta herramienta permite la edición de genes de forma rápida, precisa, adaptable y sin recurrir a ADN extraño al individuo. Es decir, una herramienta de edición genética que no produce organismos OGM. Aunque, esto aún está por decidirse en las altas esferas de la UE.
Es necesario, por parte de todo el sector realizar una buena comunicación para demostrar con hechos científicos que el CRISPR es una herramienta segura y que permitirá adaptar la mejora vegetal a las demandas de esos nuevos consumidores de forma rápida y precisa.
Jorge G. de Opazo
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